miércoles, 22 de septiembre de 2010

Querido nadie.

Se cierran los ojos antes que se haga demasiado tarde, aún así, mil y un aullidos me despiertan esta noche. Retumban mis oídos y me siento inmovible, frágil y débil. Parece que la primavera aún no llega por mi o tal vez el invierno no me quiere soltar de estás lluvias fuertes que había olvidado en capítulos anteriores, tirito de pies a cabeza y quisiera cerrar los ojos nuevamente, pero no se puede: los ojos se confunden con la lluvia que me persigue.
Pero sigo aquí, con ganas de hundirme en las sabanas.
Pero sigo aquí, con ganas de huir.
Pero sigo aquí, con ganas de nadaR.
Tal vez debería huir, hundirme y nadar.
así no te hiero más con mi amor melodramático.

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