miércoles, 24 de abril de 2013

MIERCOLES

Ya no miró tanto el techo, lo que es bueno. Pero tampoco miro ese cielo con un sin fin de sueños brillantes en tan inmenso plano, estoy más abajo, mi cabeza da a la pared, tengo más almohadas que nunca, sin embargo los huesos duelen más que siempre y el ruido no calla.