Primero de Febrero.

Es para no sentir tanta endeblez al rozar tu mirada entre cortada, presentí la poca resistencia en la cuerda floja de mis pasos pasados y se me ocurrio proyectar en las luces los nuevos inviernos entre las sábanas blancas. Tambalee, sólo tambalee... Desperté del capítulo inconcluso y ahora sólo intercambio sonrisas por abrazos.

Respiro.

Desde que el sol salio nada me parece tan sorprendente, olvidé los sonidos sin ritmo y el olor a tierra humeda, vivo flotando inerte, quieta, silenciosa. Respondo con monosilavos a las extensas historías nocturnas, busco entre tanta letras palabras para reemplazar otras palabras y al final ni digo lo que quiero botar.

Crepitar.

Se recuerda más de la cuenta los días pasados y al hundir las sábanas se manifiestan en la gran pared blanca. Se hacen crugir los huesos para sentir un poco de ruido, de ese ruido que extrañamente me gusta-ba

Nisiquieralloracomolagente.

Creyo que nunca se ahogaría con palabras, pero se equivoco.
Mañana no será mejor, lo sabe.
No se quiere dormir porque luego se despierta.
Y a ella eso ya no le gusta.