Ni cien pajaritos me podrían enseñar a volar a como lo haces tu. Yo ya aprendí, tu ya me enseñaste a volar, a volar mientras mis pies tocan suelo y tu mano recubre mi cuerpo entero.
Sí, estoy, me siento, me haces feliz.
miércoles, 27 de octubre de 2010
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