viernes, 26 de febrero de 2010

Era muy temprano, aún.

Los parpados volvieron a tomar vida por la mañana nublada, se movían al compás de la respiración agitada, a-rítmica, entrecortada que en lo más oculto de su membrana recordaba. Pero al primer suspiró persibió que era el viento quién la merodeaba y no eran brazos largos sino eran las sabanas quienes enrollaban sus pestañas.

1 comentario:

Pablo dijo...

Era muy temprano, ATÚN