viernes, 22 de enero de 2010
Respiro.
Desde que el sol salio nada me parece tan sorprendente, olvidé los sonidos sin ritmo y el olor a tierra humeda, vivo flotando inerte, quieta, silenciosa. Respondo con monosilavos a las extensas historías nocturnas, busco entre tanta letras palabras para reemplazar otras palabras y al final ni digo lo que quiero botar.
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